La semilla del diablo – El bebé de Rosemary (Rosemary’s Baby)

La primera escena presenta la llegada de una joven pareja a un nuevo apartamento donde pretenden establecerse. ¿Sin tener en cuenta los detalles intrigantes, incluso desagradables la pareja prefiere prestar atención al encanto del conjunto, y por lo tanto, señala su pérdida.

Porque en el curso de la obra, no son tanto los actos en su conjunto los que se prestan al horror, sino más bien los detalles embarazosos, que aparecen como pistas que conducen a una terrible verdad. La noche de la mudanza, Guy ironiza: «Shhh… ¿No lo oyes? Puedo oír a las hermanas Trench masticando a los recién nacidos… «Si tan sólo hubiera algo de lo que reírse.

Porque es precisamente esta burla y ligereza de los protagonistas, ante la pobre Rosemary que se siente débil y que oscila entre la certeza de su locura y la lucidez ante una horrible trama, lo que trae un sentimiento de inquietud.

Ellos se mudan a un edificio donde existe una maldición

Roman Polanski, a través de una serie de escenas de la vida cotidiana, nos deja entrever el comportamiento tranquilo y protector de los protagonistas como una indicación de la trama que se desarrolla ante nuestros ojos.

Y poco a poco, nosotros también nos hundimos en la misma paranoia de la heroína, sospechando de los cercanos a ella, haciendo conexiones con la teoría fantástica que ella está fundando.

Este es el talento de Polanski; al igual que su heroína, estamos desgarrados frente a la situación, desarrollando la misma paranoia que ella. ¿Qué mujer cuerda en su situación construiría teorías de conspiración contra ella y su hijo?.