Todo el día y una noche

Primero nos encontramos con Jahkor (Ashton Sanders) cuando irrumpe en la casa de una pareja antes de dispararles a los dos delante de su joven hija.

La película se divide en tres líneas de tiempo, cada una delicadamente equilibrada por Cole, ya que vemos a Jahkor de niño (interpretado con desgarradora convicción por Jalyn Hall) abusado por su padre adicto JD (Jeffrey Wright), Jahkor involucrándose en actos criminales en los meses anteriores al asesinato y Jahkor en prisión.

Es una película reflexiva, con un título reflexivo, mientras revisa los altibajos que lo llevaron a una sentencia de por vida y aunque la película ofrece explicaciones, nunca ofrece excusas, con una considerable zona gris en su centro.

Lo que más llama la atención de All Day and a Night (aparte de la intensidad de la mirada de Sanders) es lo mucho que se siente como una película real.

En prisión rememora las circunstancias

Al descartar la paleta de la televisión plana, con la que muchos otros cineastas financiados por Netflix parecen estar contentos de seguir, el escritor y director Cole claramente tiene algo mucho más grandioso en la mira y exprime hasta la última gota de su limitado presupuesto, trabajando como si la intención fuera para una pantalla mucho más grande.

Es un trabajo con estilo, pero Cole evita los adornos artificiales, que habrían sido una solución fácil dado el material, y en su lugar mantiene una estética evocadora mientras proporciona una serie de secuencias visuales destacadas – una fiesta particular de una sola toma que nos lleva desde el interior de un local y por las calles es más cinematográfica que la mayoría de los originales de Netflix juntos.